Si queremos llevarnos a casa recuerdos de Lisboa o tenemos que comprar algún souvenir para llevar de regalo a casa, hay una serie de objetos que suelen ser habituales a la hora de ir de compras turísticas en Lisboa.
Los souvenirs típicos de Lisboa tienen que ver, sobre todo, con objetos de decoración -la mayor parte relacionada con la cerámica portuguesa- y comida y bebida. Aparte de ello, podréis encontrar toda la parafernalida de recuerdos turísticos habituales en las tiendas de souvenirs habituales -muchas de ellas ubicadas en la Baixa o en los alrededores del Castelo de Sao Jorge.
Cerámica, azulejos y textiles
Portugal ya no es lo que era antes en cuestión de textiles -ya no es tan habitual gente que va a comprar toallas o ropa de hogar-, pero sí que podemos llevarnos algunos recuerdos en forma de paño, mantelerías o pañuelos bordados. Eso sí, este tipo de productos textiles ya no destacan por su precio, sino por su alta calidad y su valor turístico, por lo que generalmente serán algo caras. Si lo compráis en las tiendas de recuerdos, quizá sea demasiado turístico. En la Baixa queda alguna zona tradicional donde aún se pueden comprar estos productos con mejor precio.
En lo que se refiere a la Cerámica, es un recuerdo también muy típico del país y muy habitual para los turistas que vuelven de Lisboa. El gran recuerdo de Lisboa es el llamado Gallo de Barcelos, que -aunque con un origen algo más al norte del país, es el símbolo de todo Portugal-. En cualquier tienda de recuerdos los podréis encontrar de cualquier tamaño, material y calidad.
Los azulejos también son un regalo típico de Lisboa. En las tiendas turísticas podremos encontrar desde pequeños azulejos con números, frases o imágenes, hasta mosaicos de varios azulejos algo más completos.
Comida típica para llevar de recuerdo de Portugal
Los Pasteles de Belém son el rey de los recuerdos de Lisboa. Son exclusivos de la ciudad, baratos, deliciosos, aguantan bien el viaje y van muy bien empaquetados al destino. Cada uno cuesta poco más de un euro cada uno y se empaquetan en cómodos cartuchos para llevar como regalo con un máximo de seis unidades. Resisten bien varias horas de viaje en coche o avión, aunque se pueden mantener tres o cuatro días en el frigorífico. Cuanto antes se coman, mejor, pero no pierden demasiado sabor (después de algunos días puede ser necesario ponerlos un poco en el microondas).
Estos pasteles se compran en la fábrica del barrio de Belém, a pocos metros del Monasterio de los Jerónimos. También podemos tomarlos allí, si queremos, en el enorme salón de té que tiene la fábrica de los Pasteles de Belém en su parte trasera.
Si no hemos podido visitar la fábrica de los Pasteles de Belém, tenemos la posibilidad de llevarnos pasteles de nata de cualquier otra pastelería de Lisboa. No son tan especiales, pero pueden hacer el apaño. Si quieres intentar prepararlos en casa, puedes encontrar los moldes especiales aquí.
Otras opciones interesantes para llevar como regalos o recuerdos de Portugal son los excelentes vinos. Los más típicos del país son el vinho verde y el vino de Oporto. En cualquier supermercado de la ciudad podremos encontrar una amplia gama de variedades y precios.
Si queremos algún licor más fuerte, es tradicional el aguardiente de cereza. Hay una tienda y bar especialmente típico en Lisboa llamado A Ginjinha, junto a la Plaza del Rossio, donde podemos probarla y comprar botellas para llevar a casa. En los grandes supermercados y tiendas de bebidas también podremos encontrarla (o, si no nos la podemos llevar a casa en el avión, siempre podremos conseguirla aquí).