Quienes hacen turismo en Sintra muchas veces se centran en el Palacio da Pena, el Palacio Nacional, el Castelo dos Mouros o el encantador centro histórico, dejando de lado uno de los encantos ocultos de la localidad: el señorial edificio y el jardín de la Quinta da Regaleira con sus pintorescas grutas.
No se puede decir que sea uno de los lugares secretos que ver en Sintra -aparece en la mayor parte de las rutas turísticas que le dedican algo de tiempo a la ciudad-, pero sí que queda bastante relegado en la agenda de los visitantes más acelerados con respecto a otros monumentos con más fama. Es cierto que puede ser prescindible si vamos muy justos de tiempo, pero si tenemos tiempo libre -y especialmente si viajamos con niños– resulta una visita muy relajante y agradable.
Está situada a aproximadamente un kilómetro de la estación de tren y unos 700 metros del casco histórico, por lo que hay que darse un pequeño paseo para llegar. Merece la pena. La Quinta da Regaleira es una finca que comprende una bonita mansión que fue residencia de verano de una familia acomodada durante los primeros años del siglo XX y cuenta con -lo que la hace especial- un jardín único y con cierto toque surrealista.
A quien haya recorrido Portugal, el edificio del Palacio de la Quinta le recordará al estilo del de Buçaco -en el centro de Portugal-, tanto por su arquitectura y su aspecto exterior, como por el entorno natural que le rodea (en el caso de Buçaco, el bosque es notablemente más grande). La explicación es que ambos fueron proyectados por el mismo arquitecto italiano, Luigi Manini, que utiliza aún las influencias del estilo gótico manuelino típicamente portugués.
En él podremos encontrar destacables detalles de escultura en la fachada y notables azulejos, pero el edificio no es tan espectacular como el jardín que lo rodea.
El Jardín de la Quinta da Regaleira
La mayor parte de las 4 hectáreas que ocupa la Quinta da Regaleira está cubierta por un bosque, repartiéndose el resto del espacio el jardín propiamente dicho, el palacio y una pequeña capilla conocida como de la Santísima Trinidad.
El jardín es especial por su red de galerías, túneles y grutas que recorren sus diferentes partes, entre los que se esconden pequeños estanques y zonas de vegetación. Algunas de ellas son naturales, pero la mayor parte fueron creadas artificialmente, como lo fueron algunas construcciones subterráneas a las que podemos acceder en el jardín.
El punto más interesante del jardín es el llamado Pozo Iniciático, una galería circular en forma de espiral por la que se puede descender y que tiene una profundidad de 27 metros. La finca estuvo vinculada en su origen con la masonería, con lo que muchos de los elementos que la componen tienen algún tipo de simbología. En los diferentes escenarios hay referencias a la mitología, al Olimpo, a Virgilio, Dante, Camoes o a las misión templaria de la Orden de Cristo, entre otros.
La recomendación es hacerse con un mapa del jardín (te lo darán con la entrada), ir explorando sus diferentes galerías y túneles y disfrutando de las sorpresas que nos encontraremos por en nuestro camino por el jardín. Las grutas no son demasiado grandes, pero sí que en algunas de ellas encontraremos zonas en las que no dispondremos de luz, por lo que una linterna (o la luz del teléfono móvil, que para el caso es lo mismo), nos podrá servir de mucha ayuda.
Y, desde luego, es también un buen lugar para que los niños jueguen y disfruten de los rincones especiales del lugar.
No es un lugar especialmente extenso, pero sí que nos puede llevar un cierto rato recorrer sus jardines. Además, invita a la relajación y la tranquilidad, por lo que es una opción muy socorrida para descansar después de haber visitado otros monumentos de Sintra.
Horarios y precios
La Quinta da Regaleira se puede visitar desde las 10 de la mañana, aunque la hora de cierre depende de la época del año. De abril a septiembre cierra a las 8 (con la última entrada una hora antes del cierre), en febrero, marzo y octubre a las 6:30 (última entrada media hora antes) y el resto de meses a las 5:30 (con el último acceso 30 minutos antes del cierre).
Podemos visitar el parque por nuestra cuenta (no os olvidéis de llevaros con vosotros el mapa, que os vendrá muy bien para explorar el laberinto de grutas), o con una visita guiada. El precio para adultos en el año 2014 de la visita libre era de 6 euros para adultos, con precios reducidos para niños, estudiantes y tercera edad y una entrada para toda una familia por 18 euros. La visita guiada, por su parte, costaba 10 euros para adultos, con descuentos para los mismos grupos y un precio único de 30 euros para familias.
Sorprendente y muy recomendable. No dejéis de visitarla.