Évora es una pequeña ciudad del Alentejo que combina un importante patrimonio histórico -que se remonta en muchos casos a la época romana- con la tranquilidad, la calma y la arquitectura tradicional de una pequeña ciudad alentejana con casas bajas en las que predominan los colores blanco y amarillo.
Hay interesantes monumentos y edificios representativos que ver en Évora, por lo que no es extraño que muchos viajeros de camino a Lisboa desde España aprovechen que pasan cerca de la ciudad por la autopista y paren a comer o a pasar unas horas en la ciudad. Merece la pena. El centro histórico de Évora está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Évora es pequeña y se ve perfectamente en medio día, por lo que llegar a ella por la mañana y seguir viaje después de comer allí es una fantástica opción tanto a la ida como a la vuelta de Lisboa.
Entre las cosas que ver en Évora podemos combinar a partes iguales las ruinas romanas, las iglesias y conventos y la arquitectura tradicional. Podemos empezar la ruta en la Plaza de Giraldo, que está considerado el centro de Évora, con soportales que albergan tiendas y restaurantes, así como una fuente en su parte central. En ella encontraremos la oficina de turismo.
Monumentos romanos en Évora
De la época romana, lo más representativo son las ruinas del templo romano, situado en la Plaza Conde Vila Flor (en pleno centro de la ciudad), que datan del siglo I y- por conservación y características- es único en Portugal. El templo no se conserva entero, sino tan sólo una serie de columnas, pero es suficiente como para hacerse una idea de cómo sería el edificio original. Es uno de los emblemas de Évora.
De la época romana quedan también algunos restos de la muralla original de la ciudad, a la que se llama la Muralla Antigua para no confundir con la muralla medieval. Quedan también los restos de las termas romanas del siglo III.
Iglesias en Évora
Hay una iglesia especialmente llamativa para quien visita Évora, aunque no sea la más importante de la ciudad. Se trata de la Iglesia de San Francisco y es conocida internacionalmente no tanto por su arquitectura gótico manuelina como por su adyacente Capilla de los Huesos (Capela dos Ossos).
La Capilla de los Huesos de Évora es una capilla lateral de la iglesia anteriormente citada y recibe su nombre porque todos sus muros de sus tres pequeñas salas están cubiertos de calaveras y huesos humanos, como imagen de lo efímera que es la existencia terrenal. Su construcción data del siglo XVI. La capilla tiene un acceso lateral por un patio de la iglesia y hay que pagar entrada para contemplarla.
No obstante, la principal iglesia de Évora es su Catedral, construida entre los siglos XIII y XIV, que es uno de los edificios de estilo gótico más importantes de la ciudad. Destacan las esculturas de su pórtico y su claustro.
Palacios y otras construcciones destacables en Évora
Évora es también una ciudad rica en palacios. En la mayor parte de ellos el estilo arquitectónico es el gótico manuelino. El más famoso es el de los Duques de Cadaval, aunque no es el más antiguo. Entre los palacios que ver en Évora también destacan el de Vasco da Gama, el de los Condes de Basto y el antiguo Palacio Real (también conocido como Palacio de Don Manuel). La mayor parte de ellos no están abiertos al público como museos, así que tendremos que conformarnos con verlos por fuera.
También es llamativo el acueducto de Água de Prata, que data del siglo XVI, que se prolonga por espacio de 9 kilómetros y recorre varias zonas del centro histórico de Évora.
También podemos ver arquitectura religiosa adaptada a otros usos en lo que queda del antiguo convento e iglesia de Loios -del siglo XV-, convertido hoy en una elegante pousada.
Pero, para mi gusto, lo mejor de Évora es pasear por sus calles empedradas y contemplar las decenas de edificios singulares que podemos encontrarnos en cualquier recoveco del intrincando centro histórico de la ciudad, entre casas bajas típicas del Alentejo con fachadas blancas y amarillas.
Y, por supuesto, también es una buena idea probar en Évora la rica gastronomía del Alentejo con platos contundentes y sabrosos, como la carne de porco à alentejana o las migas à alentejana.