Es el primer paseo de todos los visitantes que acaban de llegar a Lisboa. La Baixa y su vecina colina al este- que alberga el Castillo de San Jorge y el típico barrio de Alfama- es el punto perfecto para comenzar nuestra visita turística al centro de Lisboa.
Este paseo lo podemos realizar por nuestra cuenta, pero una opción muy recomendada, económica y agradable es hacerlo con una visita guiada a pie por el centro de Lisboa en la que te vayan explicando los detalles y la historia de cada lugar.
La Baixa
La Baixa es el corazón del centro histórico de Lisboa. Está situada a orillas del Tajo, como un pequeño valle plano entre dos colinas que limitan su espacio y que albergan los barrios de Alfama -al este- y el Chiado -al oeste-. Se la conoce también como Baixa Pombalina, ya que fue totalmente remodelado en los tiempos del Marqués de Pombal, tras la destrucción que generó el terremoto de 1775. Está formada por calles rectas y perpendiculares- entre las que destaca la peatonal Rua Augusta- y tiene un carácter comercial y turístico.
Podemos tomar como punto de partida de la Baixa las plazas de Restauradores y Rossio, que la limitan por el norte. Su parte sur concluye en la enorme explanada de la Plaza del Comercio y el río Tajo.
Empezando nuestro paseo junto a la plaza de Restauradores, nos encontramos con la fachada de estilo neomanuelino de la estación de Rossio, de la que parten los trenes que van hacia Sintra. Junto a ella podemos encontrar también la plaza del Rossio, habitual punto de encuentro en la ciudad y una de las plazas más célebres de Lisboa.
Arco de la Rua Augusta, en la Plaza del Comercio
La calle principal de la Baixa es la Rua Augusta, que nos lleva desde el Rossio hasta el Arco Monumental que nos lleva hasta la Plaza del Comercio. Es esta calle peatonal la que nos hace conocer el sabor comercial tradicional de la Baixa. En el camino, a la derecha, podemos encontrar el pintoresco Elevador de Santa Justa, que antes comunicaba la Baixa y el Chiado y hoy ha quedado como uno de los miradores más visitados de Lisboa.
La Plaza del Comercio nos ofrece una de las vistas más tradicionales de Lisboa, con sus edificios de fachadas amarillas y su enorme explanada abierta al río Tajo.
Una vez allí, lo mejor es volver sobre nuestros pasos hasta la Rua Conceiçao, donde seguiremos la ruta del tranvía 28 cuesta arriba para llegar al Castelo de Sao Jorge y la Alfama.
La Baixa es también una de las zonas más habituales de hostales, pensiones y alojamientos económicos en Lisboa, por lo que resulta un lugar interesante para quien quiera alojarse en el centro y no disponga de mucho presupuesto.
Castelo de Sao Jorge y Alfama
Al llegar a la Rua Conceiçao y la vía del tranvía tenemos dos opciones: podemos recorrer el corto trayecto en el tranvía en una ruta tremendamente turística (precaución con los carteristas cuando va muy lleno) y subir a pie hasta el Castelo de Sao Jorge en un recorrido que nos llevará de unos 10 a 15 minutos. El tranvía no nos deja en la misma puerta del Castillo, sino que tendremos que caminar los últimos 200 metros cuesta arriba.
En el camino pasaremos frente a la Sé -la Catedral de Lisboa-, de estilo románico, que resistió al terremoto de 1775.
Desde el Castelo de Sao Jorge podemos contemplar algunas de las mejores vistas de Lisboa. Siempre lleno de turistas, se encuentra en un barrio de cuestas y tranquilos callejones, que resulta ideal para perdernos un poco por la parte más antigua de la ciudad y el barrio de Alfama. Callejear por él es una de las experiencias más auténticas que podemos tener en Lisboa.
Castelo de Sao Jorge visto desde la Baixa. Foto: Lalupa via Wikimedia Commons.
Alfama está considerado también como el barrio cuna del fado. En él podemos, incluso, disfrutar de espectáculos de fado en algunos de sus restaurantes típicos. Algunos de ellos han aprovechado la fama para transformarse en locales turísticos, pero aún quedan muchos de ellos que mantienen la esencia típica del fado de Lisboa.
Y nada mejor para concluir nuestro trayecto que una cerveza en la terraza de la escuela de circo Chapitô, desde la que disfrutar de grandes vistas del río y el centro de Lisboa por la noche.
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